ECONOMÍA INTERNACIONAL

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BANCOS CENTRALES, CRISIS ECONÓMICAS Y MERCADOS

(INFORME ECONÓMICO DE SEPTIEMBRE DE 1998 DE JUAN CARLOS CACHANOSKY)


Un poco de historia.
Los bancos centrales no existieron desde siempre. En Europa surgieron como monopolios de emisión privados para financiar el déficit de las coronas. Por ejemplo el Bank of England fue creado en 1694 para salvar la situación de quebranto de William III1. En cambio la Reserva Federal, en Estados Unidos, nació a principios de este siglo con el objeto de funcionar como prestamista de último recurso frente a corridas bancarias.
En otras palabras los bancos centrales nacieron para hacer lo que no se debe hacer: emitir dinero. Ya sea para financiar déficits fiscales o para salvar bancos, en cualquier caso los bancos centrales desequilibran la oferta y demanda de dinero. No es casualidad que las crisis económicas hayan sido más violentas a partir de la creación de los bancos centrales junto con el abandono de la convertibilidad al oro.
En ausencia de curso forzoso la gente no aceptaría monedas que se deprecian, las monedas débiles serían desplazadas del mercado. Por el contrario, si existe curso forzoso, las personas están obligadas por ley a aceptar monedas que se deprecian.
Con la creación de los bancos centrales en Europa los reyes obtenían financiación, pero la emisión de billetes se encontraba de alguna manera limitada por la convertibilidad a oro. Cuando se excedían en la emisión de billetes los bancos perdían reservas y terminaban suspendiendo el pago en metálico hasta que recuperaba liquidez.
Con el abandono definitivo de la convertibilidad la inflación y las crisis económicas fueron cada vez más severas. La Crisis del 30 no fue otra cosa que la consecuencia de la expansión monetaria de la Reserva Federal y el Banco de Inglaterra durante la década del 20.
Antes de la Primera Guerra Mundial el sistema monetario era el Patrón Oro. También había crisis debido a que los déficits fiscales (que existen desde la antigüedad) forzaban a una expansión monetaria que terminada en la suspensión temporaria de la convertibilidad hasta que los bancos recuperaban los malos créditos que habían otorgado. En especial a los reyes.
Luego de la Primera Guerra Mundial, el mundo atravesó por varios experimentos de tipo de cambio fijo. El primer experimento
intervencionista fue la Conferencia Monetaria de Génova en 1922 cuando se pasó del patrón oro al patrón cambio oro. La comisión monetaria de la Conferencia propuso, y fue aceptado, que los pagos se realicen en billetes convertibles en vez de directamente en oro. Este cambio en la modalidad de pago permitió a los gobiernos realizar una mayor expansión monetaria que finalmente terminó en la Crisis del 30. Inglaterra retomó el pago en oro en abril de 1925 pero sobrevaluando su moneda. La sobrevaluación de la libra esterlina provocó un déficit creciente en el comercio internacional de Inglaterra que era financiado con emisión de libras.
Luego del primer gran fracaso mundial de mantener tipos de cambio fijo entre todas las monedas importantes, el mundo tuvo un período que va desde 1931 hasta 1945 en que hubo tipos de cambio fluctuante. Algunos países tenían una flotación limpia y otros una sucia.
La Crisis del Treinta no fue, en realidad, "un" crisis, sino varios ciclos uno detrás del otro pero con una tendencia declinante. En otras palabras, las recuperaciones nunca lograban alcanzar los niveles previos.
El principal motivo de por qué la crisis duró toda la década fue la ola
intervencionista que se desató en el mundo. Luego del abandono de la convertibilidad, las monedas entraron en devaluaciones competitivas y casi todos los países adoptar mediadas proteccionistas que derrumbaron el comercio internacional.
En 1933 el gobierno de los Estados Unidos prohibió sus ciudadanos tener oro dentro o fuera del país. La convertibilidad del dólar se mantuvo sólo para otros gobiernos y bancos centrales. Pero el dólar fue redefinido de 20,17 a 35 dólares la onza de oro.
Para solucionara el caos monetario que se había desatado, a mediados de 1944 se realizó una conferencia monetaria internacional en Bretton Woods. Con el Acuerdo de Bretton Woods el dólar quedó como la única moneda de pago internacional. La libra esterlina, quedó así desplazada como medio de pago internacional.
En este nuevo período la Reserva Federal se lanzó a una continua expansión monetaria que tuvo como consecuencia pérdidas en sus reservas de oro. Una vez más el mundo podía ver un esquema de sobrevaluación, esta vez del dólar. La consecuencia fue la de siempre: balance comercial negativo que terminó con una creciente pérdida de reservas por parte de la Reserva Federal. Hacia fines de la década de 1960 el gobierno de los Estados Unidos se vio ejerciendo sobre los gobiernos europeos la misma presión que había realizado Inglaterra antes de abandonar la convertibilidad en 1931: convencer a los gobiernos Europeos de que no rediman dólares a oro.
El sector privado compraba grandes cantidades de oro en el mercado de Londres y Zurich. Esto forzaba a la Reserva Federal a desprenderse de sus reservas para evitar el arbitraje.
En marzo de 1968 el mercado del oro se abrió en dos secciones. El oro de libre cotización, que EEUU no iba a mantener más en 1/35, y el oficial entre gobiernos que se seguía manteniendo en 1/35.
Casi paralelamente con esta medida se inventaron los Derechos Especiales de Giro, creados a partir del 1ro de enero de 1970. Estados Unidos presionó mucho para que los DEG fueran adoptados. Era una manera de evitar la pérdida de oro. En ese momento muchos economistas (entre ellos Milton Friedman)2 esperaban que el precio del oro cayera debido a que iba a ser reemplazado por los DEG. Algo similar se espera ahora que ocurra con el dólar si el Euro llega algún día a tener real vigencia. Pero lejos de caer, el precio del oro trepó rápidamente de 35 dólares la onza a 125 dólares.
Esta fue sólo una solución de corto plazo. En el largo plazo es imposible mantener un tipo de cambio fijo o una convertibilidad con déficit fiscal y/o expansión monetaria. Este fue el origen de las crisis en el siglo XVIII y XIX. Fue la causa de la Crisis del Treinta y volvió a ser la causa el 15 de agosto de 1971 cuando Richard Nixon anunció un congelamiento de precios en EEUU y que ya no convertiría dólares a oro a los otros gobiernos y bancos centrales. De esta manera terminaba un nuevo experimento de tipo de cambio fijo con déficit fiscal y expansión monetaria.
Ahora que se había terminado todo vínculo con el oro, EEUU intentó un nuevo acuerdo para fijar los precios entre las distintas monedas. El 18 de diciembre de 1971 se llevó a cabo el Smithsonian Agreement. Este acuerdo fue calificado por Richard Nixon como el "mayor acuerdo monetario en la historia del mundo". Nuevamente la ignorancia de la historia y de los principios básicos de la ciencia económica llevó a un otro fracaso. Parece que los gobiernos no comprenden que es imposible fijar precios sin provocar sub o sobrevaluaciones del bien al que se fija el precio, en este caso monedas. Lo que pretendía ser un "orden" mundial terminó siendo uno de los más grandes desajustes financieros de la historia. Una cosa es que un país trate de fijar el precio de otra moneda, como es el caso de Argentina, otra es que todos quieran hacerlo. En este caso el desorden no se concentra en "un" país sino en varios simultáneamente.
Trece meses después "el mayor acuerdo monetario en la historia del mundo" entraba en crisis. En febrero y marzo de 1973 los mercados entraban en pánico. A partir de entonces el mundo marchó hacia tipos de cambio fluctuantes, pero siempre con intentos de ir hacia precios fijos entre las monedas. Hoy más que nunca es recomendable la lectura del libro de Jacques Rueff El Pecado Monetario de Occidente. Si hay un libro que puede aclarar la situación actual en perspectiva histórica es este.

(1) Para una historia detallada de los bancos centrales ver Richard Hildreth, The History of Banks, Kelley Publishers, 1971. También Vera Smith, The Rationale of Central Banking, Liberty Press, 1990.
(2) Decía Milton Friedman en esos momentos: "En 1933 el Congreso dispuso que era ilegal que los ciudadanos de los Estados Unidos poseyeran oro. Esta errónea medida redujo la demanda interna. Si pudiéramos hacer lo mismo en la esfera internacional e imponer tal disposición, bien pudiera ser que el precio del oro bajara..." Newsweek, 1ro de enero de 1968. Resulta paradójico que la escuela "monetarista" tenga confusiones monetarias.

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Bibliografía


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© Copyright Gabriel Jorge Boragina - 07/11/1998